por Max Gedrum
 
Genero: ficción, sin lugar a dudas.
En Jerusalem, un comerciante descubre accidentalmente una tumba muy particular: los restos del cuerpo hallado denotan que fue un hombre crucificado hace casi 2000 años. Las marcas producidas supuestamente por una lanza en sus costillas y otras características físicas concluyen en que muy probablemente se trate (ni más ni menos) del cuerpo del mismísimo Jesús.
A descubrir "la verdad" es enviado el Padre Gutiérrez (Antonio Banderas), un ex combatiente que encontró la paz ordenándose como sacerdote. En realidad, la misión asignada no es otra que la de proteger la fe (mejor dicho, la iglesia), que se ve amenazada si en verdad el cuerpo hallado es el de un Cristo no resucitado.
La película es un poco lenta, está plagada de errores en sus citas bíblicas, las actuaciones son pobres (especialmente la de Banderas) y la historia nunca termina de contagiar la exitación que un descubrimiento de esa envergadura podría causar; pero vale la pena verla por el conflicto religioso-científico-político que plantea. ¿Puede un descubrimiento así matar la fe? ¿Puede acabar con el ejemplo de amor, bondad, compasión y comprensión que tuvo Jesús en vida? ¿Es la fe una necesidad humana que va mas allá de hechos comprobables? ¿Nos hará la verdad realmente libres?.
Jesús dijo "Bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Juan 20:29) y el Padre Gutiérrez propone buscar estas respuestas en Dios. No es un mal consejo.


Antonio Banderas, Olivia Williams y Jason Flemyng
Dir.: Jonas McCord
2000 - AVH
107' P+13 años