Género: una clase de historia. La nuestra.
David Dunn (Bruce Willis) es un tipo común. Al menos se esfuerza mucho por parecerlo. Luego de tener una juventud exitosa, su vida profesional y su matrimonio se fueron hundiendo de la mano de su fracaso personal.

¿Los motivos? No reconocer sus capacidades y poca valoración de si mismo.

Pero un evento excepcional lo vincula a Elijah Price (Samuel L. Jackson). Un personaje tan particular como el mal que lo aqueja y que ayudará a David (de una forma no menos particular) a abrir los ojos y sacar lo mejor de si.

En esta película de suspenso del director de Sexto Sentido y Señales, podemos encontrar muchas coincidencias con nuestra vida. Dios nos colma de dones, capacidades y talentos. Él nos provee los recursos y herramientas para tener un propósito en nuestra vida. Podemos esforzarnos por ser gente común sin plantearnos desafíos, o utilizar los recursos que Dios nos da para tener una vida de servicio, construir obras firmes y relaciones sólidas.