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Género: un drama (al menos para el que quiera ser Dios)
Tom Shadyac dirige esta película planteando (aunque en tono de comedia) algunos dilemas morales y religiosos como ya había hecho en 1999 con Mentiroso-mentiroso, también protagonizada por Jim Carrey.
El film es un testimonio hecho a medida de esas personas que desconocen los propósitos de Dios; pero lo culpan de todo lo que ocurre. Al menos así hace Bruce Nolan (Jim Carrey), un periodista al que las cosas comienzan a salirle mal y al que Dios le delega toda su soberanía. Bruce comienza a acumular errores, creyendo que satisfacer los pedidos de la gente es el camino correcto.
De forma edulcorada, la película deja abierta esta pregunta: ¿puedo ser mejor que Dios?
Curiosamente, en las escenas borradas (solamente disponibles en DVD) está el mensaje más fuerte, ya que es ahí donde Dios (Morgan Freeman) explica que ocurre cuando no lo dejamos actuar y porqué las decisiones que Él toma son las mejores.